Monasterio de Santa Catalina - Arequipa

Monasterio de Santa Catalina - Arequipa
Monasterio de Santa Catalina - Arequipa

Ubicación

El Monasterio de Santa Catalina, es en sí, una pequeña ciudad dentro de la ciudad de Arequipa, uno de los lugares céntricos y más concurridos por los turistas nacionales y extranjeros. tiene una extensión de aproximadamente 20.000 mt2 y sirvió como convento que albergaba a las monjas de la orden de Santa Catalina de Siena. Su ubicación está a tan solo dos cuadras de la Plaza de Armas de Arequipa.

Un poco de historia

Su construcción data del año de 1579 cuya característica principal es que está hecha en puro sillar blanco y rosado, que refleja atractivo de Arequipa. Su arquitectura refleja al Perú virreinal, consta de varios ambientes donde las monjas realizaban sus principales actividades además de patios, calles, plazas claustros, jardines y más. No olvide de visitar este interesante sitio turístico en el mismo centro de Arequipa.

El convento de Santa Catalina fue fundado como tal en Octubre de 1580 para albergar a un selecto grupo de monjas de clausura.  Su nombre original fue Nuestra Señora de la Gracia, uno de los principales animadores del proyecto fue don Juan de la Torre, caballero de la espuela dorada y primer alcalde de Arequipa. 

Una vez obtenidas las licencias civil y religiosa, el cabildo arequipeño dispuso en 1568 expropiar cinco grandes fincas, entre ellas las de don Alonso de Galeguillos y Lucar Martínez Begazo, fundadores de la ciudad.  Finalmente el Monasterio empezó a erigirse gracias a la generosidad de la dama española Doña María Álvarez de Carmona y Guzmán, viuda de Gutiérrez de Mendoza.  Los cronistas la describen como una mujer "distinguida, joven, viuda hermosa y de clara inteligencia" que tomó los hábitos con el propósito de dedicarse de por vida a hacer realidad dicho convento.

Tenía el propósito para atender la vocación religiosa de damas de toda condición, pero proveyendo sobre todo un ambiente atractivo para las damas pertenecientes a familias importantes, por cuyo intermedio se consideraba posible realizar importantes obras de caridad.  Ésta era una idea novedosa, ya que la actividad de las monjas de clausura solía restringirse severamente a la vida claustral. Un convento que tuviera medios e integrantes que permitiesen proyectar una obra exterior y que pudiera mantener un vínculo con las familias pudientes que estimulara nuevas vocaciones, significaba un importante desafío.  Y todo el concepto arquitectónico de Santa Catalina estaba destinado a ese fin.

Arquitectura

La parte exterior del convento está resguardada por un alto y grueso muro de sillar reforzado con contrafuertes, tiene un laberinto interno, formado por varias calles con nombres que evocan ciudades españolas: Sevilla, Granada, Málaga, Toledo, entre otras, que se entrecruzan y terminan en una plazoleta con una pileta en el centro. Se divide en dos grandes estructuras, llamadas "convento viejo" y "convento nuevo".  La ciudadela dispone de recintos para habitaciones de diferente dimensión y comodidad, de acuerdo con las diferencias de origen social y de investidura de las monjas, así como áreas para talleres de diversas ocupaciones (refectorio, lavandería, enfermería, cocina y labores artesanales).

El convento tiene una nave con cúpula y torre cuadrada, en  él pueden verse valiosas pinturas religiosas cuzqueñas y españolas,  La disposición del monasterio permite comprobar fácilmente que fue fundado con el propósito de facilitar a las monjas de clausura un ambiente donde la severidad y la sencillez no estuviesen reñidas con el decoro y el reconocimiento de las respectivas dignidades señoriales.

En este claustro desenvolvió su vida virtuosa Sor Ana de los Angeles de Monteagudo, quien fue nombrada prelada en 1648 y a cuya muerte, en 1686, se le atribuyeron muchos hechos piadosos e incluso milagros.

Img | santacatalina.org.pe

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